Noticia de María G.

El reflujo gastroesofágico es una patología muy frecuente y casi todos en algún momento de nuestra vida hemos notado esa sensación de ardor o regurgitación de alimentos que sube desde el estómago y “nos quema” el esófago.

Uno de los daños que puede provocar el reflujo gastroesofágico es la esofagitis, y se puede revertir con un tratamiento farmacológico puntual. Hay veces que lo que sucede es que el esófago cambia su mucosa por una muy parecida a la que funciona en el estómago y resiste por tanto mejor el ácido que le llega desde este ultimo órgano. Otras, sin embargo, modifica a una mucosa de tipo intestinal que es susceptible de acumular alteraciones en el genoma de las células y puede degenerar en un tumor maligno.

Existen también daños que se localizan fuera del esófago asociados al reflujo como la laringitis, el asma o la tos crónica. Hay otros problemas respiratorios que no está tan claro que tengan un relación directa, pero a veces merece la pena explorar si hay reflujo gastroesofágico.

Las maneras de combatir el reflujo son:

          -Cuidar la alimentación: evitar alimentos que relajen la válvula del esófago (café, teína, nicotina, grasas).

          -Cuidar la postura: evitar estar completamente tumbado.

          -Omeprazol: antiácidos que alivian los síntomas pero cuyos efectos desaparecen pronto y no son capaces de proteger ni
          cicatrizar la esofagitis.

          -Vitamina B12

          -Cirujía: consiste en reforzar el esfínter esofágico inferior (cardias), envolviendo la parte inferior del esófago con la superior del
          estómago (fundus).