Perfil hepático
Las transaminasas son enzimas que se producen en las células de distintas partes del cuerpo, sobretodo en el hígado, pero también en los músculos, los riñones, el corazón o el cerebro. Su función es la de intervenir en la producción de diversos aminoácidos, las pequeñas moléculas de las proteínas que son necesarias para el desarrollo del organismo. Aunque su trabajo se realiza dentro de las células también son liberadas a la sangre.
Sus niveles en sangre se pueden descubrir a través de un análisis bioquímico rutinario. Si están elevadas suele ser indicativo de algún proceso inflamatorio en el hígado (hepatitis), ya que esta inflamación destruye células hepáticas que liberan transaminasas en la sangre.
Desde un punto de vista médico es relevante la elevación de las transaminasas en la sangre por encima de los límites que marca cada laboratorio. Hay diversas enfermedades del hígado que elevan las transaminasas, como las hepatitis por virus (como la hepatitis C), autoinmunes, infecciosas, hepatitis isquémicas (por falta de riego sanguíneo al hígado), esteatosis (inflamación por acumulación de un exceso de grasa en el hígado) o la toxicidad por fármacos.
Pero existen situaciones en las que patologías en otros órganos revierten en consecuencias en el hígado como la insuficiencia cardíaca, que lleva a que se acumule la sangre en el hígado que se congestiona y se inflama. Las piedras en la vesícula también pueden ocasionar la inflamación hepática e incluso ésta puede derivar de enfermedades reumáticas.
Desde un punto de vista médico es relevante la elevación de las transaminasas en la sangre por encima de los límites que marca cada laboratorio. Hay diversas enfermedades del hígado que elevan las transaminasas, como las hepatitis por virus (como la hepatitis C), autoinmunes, infecciosas, hepatitis isquémicas (por falta de riego sanguíneo al hígado), esteatosis (inflamación por acumulación de un exceso de grasa en el hígado) o la toxicidad por fármacos.
Pero existen situaciones en las que patologías en otros órganos revierten en consecuencias en el hígado como la insuficiencia cardíaca, que lleva a que se acumule la sangre en el hígado que se congestiona y se inflama. Las piedras en la vesícula también pueden ocasionar la inflamación hepática e incluso ésta puede derivar de enfermedades reumáticas.